Decidido a recuperar a su hija, Luis se presenta en su casa y entre lágrimas le pide perdón por todo el daño que le ha causado: “No va a alcanzarme la vida para pagar mis errores”. Sin embargo, la muchacha se muestra inquebrantable y asegura que su único padre se llama Pedro Pérez.

Camila sigue en paradero desconocido y la salud de Hernán se resiente.

Montero es incapaz de controlar el odio que siente por Pedro pues lo responsabiliza de haberle robado el cariño de Fernanda y se presenta en su casa dispuesto a asesinarlo. Por suerte, el jardinero logra zafarse de él justo cuando aparece Carlos y ambos lo echan de allí de malas maneras.

Diego, por su parte, logra seducir a otra de sus jóvenes alumnas, Olivia. Pilar los sorprende besándose y tras increparle, le cuestiona acerca de la situación de Lucero. Como este se niega a responder, decide interponer una denuncia: “Mi hija está desaparecida desde hace años”.

Pese a la recomendación de Carlos, Hernán insiste en seguir buscando a Camila y Fernanda se ofrece a ayudarlo. Después de visitar varios poblados sin éxito, Sotomayor se da cuenta de la bondad de la joven y se disculpa por su comportamiento.

Más tarde, se encuentra con Mariana y aprovecha para pedirle el divorcio.

Ordóñez convence a Leopoldo de declarar en contra de Luis para que pague por el intento de asesinato a Marissa. Cuando el abogado recibe un citatorio se pone furioso y ordena a Solórzano que dé un escarmiento a su enemigo. A las pocas horas, Arellano aparece apuñalado en su celda.

Maribel sufre una leve recaída y coge todas las pertenencias de Fernanda para venderlas en la plaza con la compañía de Pedrito. La joven Pérez corre desesperada a buscar a su hijo y Javier se siente frustrado al ver que sus terapias no han funcionado.

Mientras Diego engatusa con mentiras a Olivia y la lleva al registro civil para que se casen, el inspector Medina prosigue sus investigaciones y le cuenta a la madre Rosaura que los datos que ha dado el profesor son falsos. “Es un psicópata”. asevera.

El juicio contra Luis da comienzo y los primeros testigos en declarar son Carlos, Leopoldo, que acude en silla de ruedas, y Marissa. Sin embargo, cuando todo parece estar en su contra, llega Isabela y con su testimonio lo hace parecer una víctima y el juez lo declara inocente.