Después del acercamiento que tuvieron durante su viaje a México, Graciela se arma de valor y confiesa a David que está enamorada de él. “Ese beso nunca tuvo que haber sucedido, fue un impulso. No quiero que confundas las cosas, yo no siento lo mismo por ti”, aclara el empresario. Y añade: “Mi prioridad son mis hijos y mi trabajo”.

Tano se pone furioso al ver a Susan besándose con Mark y le recrimina que lo haya abandonado. “Me dijo que debía regresar con él a cambio de retirar la denuncia. No quiero que vuelva a hacerte daño”, explica ella.

Lejos de allí, en México, León y Luciana pasan una divertida tarde sin darse cuenta de que llevan los móviles apagados. Marta los llama insistentemente y, como no obtiene respuesta, teme que les haya pasado algo. Por eso, se plantea ir a buscarlos y Miguel le da su apoyo y le asegura que no la dejará viajar sola.

También David llega preguntando por Muñoz ya que le consiguió una cita para poder resolver la situación de su visa. Díaz sufre un ataque de celos y le pide que no se preocupe más por ella. “Eso es imposible. Trabaja en mis viñedos y es como si fuera parte de mi familia”, responde.
César está muy afectado por el beso de Robles y Graciela y se desahoga con Susan: “Me siento traicionado. No sé si David lo hizo para olvidar a Luciana o porque Graciela le gusta”. La enóloga no da crédito a lo que oye y le recuerda a su amigo que siempre estará para lo que necesite.

Erika se percata de que los inmigrantes que tiene contratados están muy débiles y pide ayuda a Miguel para averiguar si son ilegales. Juan aprovecha la situación para malmeter y le cuenta a su patrón que Díaz está ayudando a la hija de Alfonso, dueño del viñedo colindante. Sin embargo, Robles reitera su plena confía en su empleado y no lo cree capaz de ser desleal: “Mientras cumpla con su trabajo puede relacionarse con quien quiera”.

Temeroso de que las autoridades descubran los turbios negocios donde está metido, Juan exige a Perla que sea muy discreta. Cerca de allí, Ingrid, una de las chicas que ha logrado fugarse de las bodegas, es encontrada por León desaliñada y hambrienta y este le propone llevarla con Robles. Sin embargo, ella se niega: “No quiero que vuelvan a maltratarme. Por favor, ayúdame a ocultarme”.

Luciana regresa de México y se decepciona al saber que David se besó con Graciela. Más tarde, Miguel llega en busca de su amada y ella le reprocha su cercanía con Erika: “Vino a verme para decirme que le gustas y que va a luchar por tu amor”. El chico trata de quitarle importancia al comentario, sin éxito, y le dice que solo tiene ojos para ella.

Sin embargo, no todo son malas noticias ya que Marta le anuncia que Brian le ha conseguido la visa de trabajo para que pueda permanecer en Estados Unidos. Agradecida, acude a comisaría junto a su madre y se queda sin palabras al ver por fin el rostro de Gutiérrez: “Es el hombre que golpeó a mi papá y luego nos deportó”. Lejos de negarlo, el policía acepta su culpa y rompe a llorar. “¡Eres un sinvergüenza! ¡No quiero volver a verte!”, grita Marta.

César se preocupa al ver que Mark ha vuelto a maltratar a Susan y le suplica que lo denuncie. También David intenta hacer entrar en razón a su amiga: “No tienes que estar con un hombre violento. Te prometo que voy a encargarme de proteger a Tano”.

Esa misma noche, la enóloga se arma de valor y decide abandonar a su esposo. Fuera de sí, el hombre la insulta y trata de llevársela a la fuerza, pero por suerte llegan Luciana y Tano.

Lilian se muestra alegre al saber que Marta ya descubrió el pasado de Brian. “Mi peor error fue involucrarme contigo, vas pagar el daño que me has hecho”, dice él.