Juan decide renunciar a su trabajo en los viñedos y enfrenta a David: “Estoy harto de ti, no mereces tener el negocio que le costó la vida a mi padre. Soy el dueño de Los Olivos y no voy a descansar hasta verte completamente destruido”. Ante esta inesperada revelación, Robles lo tacha de traidor y ambos se enzarzan en una pelea en la que César, Tano y Susan deben intervenir. No contento con esto, el pérfido Téllez asegura que Mark está libre gracias a él, que no ayudó a Luciana cuando la deportaron y declara su amor por Lisa.

Al saber lo ocurrido, Lilian y Graciela temen que quede al descubierto su alianza con el abogado y este, aprovechándose de la situación, les exige una cuantiosa suma de dinero por su silencio.

Tras una charla con Tano, Miguel se convence de que no puede quedarse anclado en el pasado y se da una nueva oportunidad en el amor con Erika: “Tengo que vivir el presente y no voy a dejar pasar la ocasión de estar contigo”. Ambos prometen luchar para que su historia funcione y se funden en un romántico beso.

Cerca de allí, en la bodega Los Ángeles, David y Luciana disfrutan de un tiempo a solas e incapaces de reprimir sus sentimientos por más tiempo, se entregan a la pasión. Más tarde, Graciela descubre la relación que hay entre ambos y se pone hecha una furia. “Estás cometiendo el peor error de tu vida. Tus hijos necesitan una mujer como yo”, dice a Robles. También confronta a la enóloga y le asegura que hará todo por sacarla de su camino.

Por su parte, Carito advierte a Perla de que Juan no es un buen hombre y la va a meter en problemas con la policía, pero ella no la toma en cuenta.

Gracias a Marta, David se entera de que Lilian y Graciela han malmetido a sus hijos para que no acepten una nueva relación amorosa y asegura a Bobby que ellos son su prioridad y no permitirá que nadie les haga daño. Acto seguido, exige una explicación a las Palacios y, furioso, las echa de su casa.

Fernanda no está de acuerdo con esta decisión y se muestra dispuesta a irse a vivir con su tía pese a las súplicas de Bobby. Para colmo de males, sorprende a su padre y Luciana besándose en los viñedos: “Has destruido mi familia. ¡Te odio!”, grita a Muñoz antes de darle una bofetada.